Minhas crianças no Chile em greve de fome
Andrés Figueroa Cornejo
Minhas doces crianças,
Azuis como espadas que brilham no meio do reino da injustiça e do mau governo,
Minhas crianças cristalizadas, valentes e livres como a água,
Crianças que, com seu sacrifício, envergonham a vergonha da indolência e deste país de terror.
Meus meninos exemplo,
Como explicar-lhes sem lhes sabotar a bronca libertária e generosa
Que ainda não vale a pena arriscar as moléculas de seus corpos, desperdiçar sua cabeça em uma decisão implacável e dolorosa?
Minhas doces crianças,
Saibam que este combate é antigo como o ar e a espuma,
Que precisam estar muito fortes para amanhã,
Quando irremediavelmente fabricaremos o único mundo possível,
O pleno, solidário como elos fundidos, o de uma sociedade governada por todos.
Meus meninos, capitães audazes do futuro,
De quem precisamos inteiros,
E não fragilizados pelo risco que agora correm,
Que são necessários blindados em corpo e cabeça e corações na direção da sociedade.
As crianças e os jovens devem lutar.
Mas como os jovens.
Ficam tantas lutas, tanto caminho de avanços e retrocessos.
E só podem conduzir o grande movimento do povo para sua emancipação.
Os mais compostos, os mais sadios, os mais brilhantes.
Minhas crianças doces,
Azuis como espadas que brilham no meio do reino da injustiça e do desgoverno,
Meus meninos cristalizados, valentes e livres como a água,
Minhas crianças que, com seu sacrifício, envergonham a vergonha da indolência e deste país de terror.
Mis niños de Chile en huelga de hambre
Andrés Figueroa Cornejo
Mis niños dulces,
Azules como espadas que brillan en medio del reino de la injusticia y del mal gobierno,
Mis niños escarchados, valientes y libres como el agua,
Mis niños que con el sacrificio suyo averguenzan la vergüenza de la indolencia y de este país de terror.
Mis niños ejemplo,
¿Cómo explicarles sin sabotearles la bronca libertaria y generosa
Que todavía no vale la pena arriesgar las moléculas de sus cuerpos, malgastar su cabeza en una decisión implacable y dolorosa?
Mis niños dulces,
Sepan que este combate es antiguo como el aire y la espuma,
Que tienen que estar muy fuertes para mañana,
Cuando irremediablemente fabriquemos el único mundo posible,
El pleno, solidario como eslabones fundidos, el de una sociedad donde gobiernen los todos y las todas.
Mis niños, capitanes audaces del futuro,
Que los necesitamos enteros,
Que no fragilizados por el riesgo que ahora corren,
Que los necesitamos blindados en cuerpo y cabeza y corazones en la dirección de la sociedad.
Los niños y los jóvenes deben pelear.
Pero como los jóvenes.
Quedan tantas luchas, tanto camino de avances y retrocesos.
Y sólo pueden conducir el gran movimiento del pueblo para su emancipación definitiva
Los más compuestos, los más sanos, los más estelares.
Mis niños dulces,
Azules como espadas que brillan en medio del reino de la injusticia y del mal gobierno,
Mis niños escarchados, valientes y libres como el agua,
Mis niños que con el sacrificio suyo averguenzan la vergüenza de la indolencia y de este país de terror.
Reproduzido de Andrés Figueroa Cornejo (20/08/2011), Sobre Nuestra América e Correo Semanal
Entrevista a vocera de los huelguistas de hambre, realizada por dirigente de la Confederación de Sindicatos Bancarios.
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