"Normalmente se piensa que el derecho a la información de los ciudadanos es afectado cuando en una sociedad los periodistas son perseguidos y los medios de comunicación son confiscados. Sin embargo, en el Perú existen maneras menos dramáticas, pero muy efectivas para impedir que los ciudadanos conozcan cualquier información que incomode a quienes están en el poder.
La primera forma es la corrupción, que puede producirse de forma directa, como cuando los propietarios de los canales de televisión recibían dinero directamente de Montesinos o en forma indirecta, a través del permanente avisaje o el pago de publirreportajes. Esta misma estrategia la han tenido a nivel local varias empresas mineras, para evitar que la prensa difunda denuncias en su contra.
La corrupción, sin embargo, no solamente nace de quienes están en el poder: también existen también periodistas sin escrúpulos que solicitan a las autoridades o las empresas una especie de "cupo informativo” para no atacarlos… y por un monto mayor se ofrecen a atacar a sus adversarios.
(...) Una estrategia mucho más extendida, en la que no hay peligros de acciones legales, es la desinformación intencional. Por ejemplo, el silencio de los medios capitalinos ha generado que todavía muchos peruanos ignoren que entre los años 2008 y 2009 más de cuarenta personas fueron asesinadas por un escuadrón de la muerte en Trujillo. A lo largo de estos últimos cinco años, numerosas protestas de indígenas y campesinos han sido también ignoradas por los medios de comunicación.
En la actualidad, los medios televisivos ocultan toda información que pueda favorecer a Ollanta Humala. El jueves pasado, cuando Humala juró públicamente que respetaría la inversión privada, lucharía contra la discriminación y cumpliría su mandato, sin extenderlo ni un día más, el otrora respetado Canal N rompió con doce años de trayectoria informativa al abstenerse de transmitirlo."
Wilfredo Ardito Vega
Leia o texto completo em Adital clicando aqui.
Nenhum comentário:
Postar um comentário